
🧠 1. Define tu intención
Antes de cambiar hábitos, pregúntate: ¿Qué quiero sentir? ¿Qué quiero sostener? ¿Qué quiero soltar?
Tu intención puede ser tan simple como “vivir con más energía” o tan profunda como “reconciliarme con mi cuerpo”.
🍽️ 2. Nutrición con conciencia
No se trata de dietas, sino de elegir alimentos que te nutran física y emocionalmente.
Incluye:
Alimentos vivos y coloridos
Rutinas suaves como smoothies, infusiones o cenas ligeras
Espacios para disfrutar sin culpa
Ejemplo: Un desayuno con leche de soya, plátano y avena puede ser un ritual de energía y ternura.
🏃♀️ 3. Movimiento que te escuche
El ejercicio no es castigo, es diálogo.
Elige prácticas que te conecten: caminar, bailar, estirarte, respirar.
Hazlo por ti, no por la báscula.
Ejemplo: 15 minutos de yoga al despertar pueden cambiar tu día.
🧘♀️ 4. Bienestar emocional
Incluye momentos para pausar, escribir, meditar o simplemente respirar.
Crea espacios donde puedas sentir sin juicio.
Ejemplo: Un diario de gratitud o una afirmación frente al espejo.
💼 5. Trabajo con propósito
Revisa si tu rutina laboral te permite crecer, descansar y conectar.
Haz ajustes pequeños: pausas conscientes, límites claros, proyectos que te inspiren.
🏡 6. Entorno que te refleje
Tu casa, tu piel, tu agenda… todo habla de ti.
Haz que tu entorno te recuerde quién eres y qué mereces.
Ejemplo: Un rincón con plantas, aromas o frases que te sostengan.
💞 Conclusión
Un estilo de vida integral no se impone, se cultiva.
Empieza con un paso, una intención, una elección amorosa.
Tu cuerpo, tu mente y tu alma te lo agradecerán.